La Transformación Digital empieza por ti


No voy a insistir. Todos hablamos de ello. El mundo del trabajo está viviendo una gran revolución... los que no se sumen se quedarán fuera... bla, bla, bla...

Pero no sé si te han dicho que eres tú la pieza clave de este puzzle. Sí, la transformación digital, esa que va cambiar el mundo o tu empresa, empieza por ti. Si no cuentan contigo, están perdidos... Y tú, también.

Personas, Procesos, Relaciones, Tecnología... Tú estás ahí, el primero de todos. Porque sin ti, lo demás no funciona.

Tienes que prepararte. Estés donde estés, hagas lo que hagas. Ya lo estás haciendo, sin duda. 


Autonomía








El aprendizaje personal es imprescindible para estar actualizado y listo para abordar de manera ágil el trabajo en el siglo XXI. No se trata de "ir a cursos", se trata de ser capaz, de manera autónoma, de aprender y encontrar la solución a tus problemas.

Establece tus rutinas de aprendizaje personal: identifica dónde está el conocimiento y acude a él cuando lo necesites.

Tienes a tu alcance muchos datos, mucha información, mucho conocimiento... ¿Sabes dónde? ¿Distingues la sabiduría del petardeo? ¿Puedes, de un vistazo, saber si una web que consultas es veraz? ¿Organizas tus fuentes? ¿Utilizas herramientas que te ayudan a gestionar la información que es valiosa para ti? ¿Sabes hacer que esa información llegue a ti?


Colaboración











El trabajo ha cambiado.

El conocimiento no se atesora, se comparte. En las "empresas digitales" los perfiles que más comparten son los que más brillan. Se necesitan personas que "narren su trabajo", que sepan trabajar en colaboración, que asuman diferentes roles en proyectos, que interactúen en distintos contextos...

¿Te sientes cómodo participando y compartiendo tu conocimiento? ¿Conoces y utilizas entornos para interactuar con otras personas con tus mismos intereses? ¿Sabes trabajar en grupo sacando partido a herramientas que permiten la comunicación y la colaboración? 


Innovación













En este siglo viviremos la automatización del trabajo y la creación de nuevas profesiones relacionadas con el "rol humano" (el trabajo que no harán las máquinas).

La innovación y la rapidez en la adaptación a los cambios será clave para las empresas que quieran sobrevivir.

La creatividad y la innovación no es únicamente algo encomendado a departamentos estancos de personas que piensan y diseñan. Tú también puedes crear. Se te va a pedir agilidad, participación en generación de ideas, en diseños de soluciones, en mejora de procesos... No mires a otro lado.

¿Conoces modelos para el trabajo creativo? ¿Sabes analizar un proceso para intentar mejorarlo? ¿Estás al día sobre "lo último" y "lo que vendrá" en tu ámbito de trabajo?






Autonomía. Colaboración. Innovación.


Si tienes este triplete en tu perfil, ya estás listo






El trabajo: en voz alta, por favor


Siempre me ha gustado “narrar mi trabajo”.

Ahora está de moda (¡qué remedio!) pero hace algunos años, en las empresas, había personas muy valiosas que atesoraban sus conocimientos. Personas que  a duras penas intercambiaban algunas palabras sobre su último proyecto. Personas que abiertamente te decían: “si lo comparto, cualquiera podrá hacerlo igual y ya no seré imprescindible”. Pobrecitos.

Estas personas no trabajaban utilizando la red corporativa. Guardaban sus ficheros en el disco duro de su ordenador. Eran expertos en “vender” su conocimiento sin mostrarlo, sin hacerlo explícito. Ellos sabían hacer las cosas, pero no te explicaban cómo. Nunca.

No entendían que el valor no estaba en ese modelo que seguramente ellos habían copiado de un gurú al que escucharon o leyeron, sino en su enfoque personal al explicarlo, al aplicarlo o difundirlo. El valor estaba en ellos.

Siempre me ha parecido que estaban equivocados y, aunque a algunos su estrategia parecía funcionarles, nunca hubiera aceptado que alguien pensara de mi lo que yo opinaba de ellos. A mí me gusta contar lo que hago, pedir opinión, completar mi visión con la visión de los otros. A mí me gusta aprender y me parece la única manera sensata de trabajar hoy. A mí me gusta también que otros utilicen mi experiencia como palanca para sus proyectos, para solucionar sus dudas y abordar problemas.

Pues bien, los tiempos han cambiado. No se trata de estrategias o de gustos. Ahora “narrar el trabajo” es una necesidad. Por eso voy a intentar daros algunas razones para que defendáis conmigo el Trabajar en Voz Alta (Working Out Loud, WOL):

1. El conocimiento está visible en la red. Los más sabios lo comparten minuto a minuto en las redes sociales. Cualquier persona en tu organización que tenga competencia digital y criterio tendrá acceso a él. Atesorar el tuyo es ridículo. En cambio, a todos nos importa tu visión personal sobre la aplicación de ese conocimiento en el trabajo real. Queremos saber qué hiciste ante un reto concreto y tu análisis de los resultados. Las buenas prácticas si fue un éxito y las lecciones aprendidas si hubo problemas.

2. Las cosas suceden deprisa ahora. Tienes que ser capaz de dar una respuesta rápida a las necesidades de los clientes, resolver con agilidad los problemas en los proyectos... Las personas que saben cómo hacerlo y comparten, son las que se hacen más visibles en la organización, las más valiosas.  Se necesita gente dispuesta a aportar su experiencia para que todo fluya.

3. El aprendizaje es un activo personal y de empresa. Las personas aprendemos trabajando e interaccionando con otros. Establecer mecanismos para favorecer ese aprendizaje es una garantía de motivación en lo personal y de crecimiento y desarrollo organizacional.

4. El mundo es pequeño pero diverso. Tenemos que “entender lo local” si queremos ser globales. Necesitamos establecer un canal de comunicación con nuestros compañeros que trabajan en otros entornos. Que nos cuenten cómo funcionan allí las cosas.

Las empresas que apuesten por el trabajo en voz alta (#WOL) serán las que sobrevivan. Muchas tendrán que aprender cómo hacerlo. La tecnología es un medio, pero lo importante es lo que normalmente llamamos “cultura organizacional”. 

Esto significa:

  • proporcionar espacio (virtual o físico) y tiempo para que las personas cuenten lo que están haciendo en el trabajo
  • facilitar el aprendizaje personal, la curación de contenido, el desarrollo de las competencias digitales
  • establecer los procesos de gestión del conocimiento que mejor se adapten a las características de nuestra organización
  • facilitar las herramientas de comunicación
  • fomentar y recompensar la colaboración y la participación en los canales de comunicación establecidos




¿Estás preparado para Trabajar en Voz Alta?



Adios a Jay Cross

Ayer murió  Jay Cross en su casa de California. Sus compañeros y amigos de la Internet Time Alliance (Jane Hart, Harold Jarche, Clark Quinn y Charles Jennings) le han recordado y llorado en sus blogs y a través de Twitter. Los cinco han sido mis maestros virtuales durante muchos años.

Jay Cross escribía en la red sobre aprendizaje en el trabajo y su libro “Informal Learning” caló profundamente en un nuevo enfoque para la función de los departamentos de RR.HH. en las corporaciones. Su regla del 80:20 daba un peso más significativo a ese aprendizaje que se produce en el trabajo a través de la interacción, las conexiones y las conversaciones.

Ahora estaba trabajando en un nuevo libro sobre “Real Learning”, el aprendizaje autónomo y auténtico. Los “real learners”, son aquellos aprendices que “narran su trabajo” (WOL), participan en las redes, colaboran, reflexionan sobre su aprendizaje y han “aprendido a aprender” (meta-aprendizaje). No sé exactamente en qué punto estaba el libro pero espero que, si es posible, se complete y publique.

El 24 de Octubre publicó este vídeo en YouTube: What is Real Learning?





Adios a Jay Cross y mi agradecimiento por lo que he aprendido gracias a él…

Todo está en la red.



Yo, curator


Sí, eso soy: “curadora de contenidos”. Significa que busco, selecciono, comento y comparto… contenido que me interesa y que encuentro en la Web.

He escrito algunos artículos sobre esto, pero quiero centrarme en este post en las motivaciones que hacen que dedique parte de mi tiempo a  "ser un filtro”.  

He convertido en hábito la necesidad de estar al día en mi trabajo. Estar al día significa identificar a las personas interesantes que publican en la red (artículos, ponencias, informes, libros…). Nos cuentan qué están investigando, qué están leyendo, interactúan con otras personas interesantes que, como ellos, publican… Y yo, tirando del hilo…   

Leer no basta. A mí no, por lo menos. Aunque leo mucho y rápido. Tengo una selección de lugares interesantes que visito solo si hay novedades. “Me asomo” y de un vistazo identifico si hay algo que “deba” leer. El interés propio es quien dirige mi elección: Lo que más necesito es lo que encuentro.

Pero como leer no basta, decía, colecciono. Guardo lo que leo y me gusta. Lo clasifico para encontrarlo otra vez, para relacionarlo con otras lecturas, para conectarlo con otras personas…  Me obligo a escribir una nota breve que resuma el contenido o que destaque lo que más me ha interesado. Además, elijo aquellas palabras que hacen que yo identifique ese contenido, ahora y dentro de un año, cuando quiera volver a él. Este proceso es clave para aprender porque me obliga a reflexionar, a relacionar… Con la práctica esto también se hace rápido y es muy efectivo. Por ejemplo, cuando asisto a una reunión, visito a un cliente, imparto un curso, puedo recordar y citar algunos de “mis tesoros” que leí ayer mismo o hace tiempo. O cuando quiero documentarme para realizar un trabajo, recurro a mis propias fuentes sin tener que empezar de cero por la cajita enigmática de Google.

En resumen y hasta ahora: la cosa empieza por la necesidad de aprender, de actualizarte, de no quedarte atrás… Y os aseguro que funciona.

No me quiero olvidar del “criterio”. Si tu rutina incluye elegir, cada vez elegirás mejor. Es algo automático. Identificas lo que tiene valor y descubres enseguida lo que está mal hecho. Tener criterio te ahorra mucho tiempo, sin duda.

Ahora voy a cerrar el círculo. ¿Puede que lo que yo hago interese a otros? Es fácil compartirlo y hacerlo público y los beneficios son inmensos. De repente tu aprendizaje se enriquece mucho más porque tienes el poder de la interacción. Compartir significa que se inicia una conversación.  Las personas interesantes empiezan a hablar contigo. ¿No es genial?

Otra de mis motivaciones es enseñar. Me gusta explicar esto y ayudar a otras personas a encontrar su propio modelo de auto-aprendizaje, a perder la “timidez digital” y a utilizar las redes sociales para cuestiones menos frívolas. Me gusta hacer regalos.

Como podéis comprobar no hay tecnología en este artículo, no he hablado de herramientas. Hay muchas y yo también he elegido las que mejor se adaptan a mi rutina.

Pero eso no es lo más importante. Si quieres convertirte en curador…


Descubre tus motivaciones.


Incluyo en este artículo el Hangout “Curate the curators” en el que participé el pasado mes de junio con algunas de esas personas interesantes. A todas las encontré en la red. Hablamos de curación de contenidos para el #eduPLEmooc del INTEF.


eLearning hoy. Mucho más que estudiar

Quiero compartir con vosotros mi reflexión sobre cómo el eLearning ha evolucionado permitiendo ampliar y aplicar diferentes estrategias de aprendizaje.


Hay muchas formas de aprender además de estudiar un libro o memorizar un contenido online. Cuando he intentado explicar esto, me gusta acercarme a la experiencia personal a través de 3 preguntas sencillas:












1. ¿Cómo aprendes? – es bueno ser consciente que el aprendizaje continúa toda la vida. Que ya no recibamos clases o “estudiemos” no significa que acabó nuestro rol como “aprendices”. Es más, da igual tu edad, todavía te queda mucho por aprender y aplicar.

2. ¿Dónde aprendes? – es decir, cuáles son tus entornos de aprendizaje: tu puesto de trabajo con tu ordenador conectado, la sala de reuniones, la máquina del café, el aula donde recibes formación, la plataforma virtual… O también: el ordenador de casa, tus conversaciones con la familia y amigos, los viajes que haces, los libros que lees…

3. ¿Cómo te gusta aprender? – ¿eres un “ratón de biblioteca” o  prefieres la interacción con otros? ¿Tienes diferenes preferencias en función del contenido o el contexto?


Detenerse en estas 3 preguntas nos lleva a concluir que se aprende de muy diferentes maneras. A mi me gusta resumirlas en estas 9 estrategias:



























Aprender estudiando: el modelo tradicional, enfrentándote a los contenidos con o sin ayuda de un formador o tutor

Aprender de expertos: que aportan su experiencia y conocimiento, responden tus dudas, evalúan tu trabajo

Aprender haciendo: a través de actividades, prácticas, ejercicios, juegos…

Aprender colaborando: haciendo con otros

Aprender descubriendo: investigando, reflexionando, buscando, eligiendo…

Aprender aportando: generando contenido o recursos, participando en debates, comentando el trabajo de otros

Aprender valorando: siendo capaz de valorar y evaluar el trabajo de otros, de tus pares

Aprender enseñando: dicen que es como más se aprende

Aprender aplicando: aplicando en el contexto real algo que te han enseñado o has aprendido por ti mismo

Seguro que a ti se te ocurre alguna más. ¡Perfecto!

Ahora  imagínate un entorno de enseñanza-aprendizaje que te permita aprender de todas estas maneras e intenta completar la matriz siguiente:























Tienes que completar:

Descripción: cómo se resolvería en  este entorno o plataforma cada estrategia de aprendizaje.

Roles: quiénes estarían implicados.

Herramientas: qué soluciones tecnológicas permitirían o facilitarían esa manera de aprender.

No hace falta que pienses en un LMS o una plataforma de teleformación, puedes “ampliar” el entorno todo lo que te deje tu imaginación e Internet.

Para ponértelo un poco más fácil, te muestro una matriz completada que no tiene por qué ser la tuya:



















(Haz clic en la imagen para ampliar)


Los modelos eLearning actuales, las nuevas metodologías y plataformas, permiten aplicar todas estas estrategias:

Van mucho más allá del contenido online de estudio y las preguntas al tutor.

Provocan la actividad, facilitan la interacción y la creación de conocimiento…

Incluyen el juego como disparador del aprendizaje….

Facilitan el trabajo colaborativo, ayudan a compartir el conocimiento…

Incluyen la evaluación entre pares…


 ¿Qué será lo próximo? ¡Yo quiero verlo!




Herramientas para aprender




Todos los años Jane Hart (@C4LPT) lanza su encuesta para identificar las Top 100 herramientas para el aprendizaje. Para ella una herramienta de aprendizaje es aquel software, herramienta o servicio en línea que utilizamos para nuestro aprendizaje personal o profesional o para la enseñanza o la formación.

Cada año completo su formulario y espero con interés los resultados. Los he utilizado muchas veces como “disparador” de un debate sobre cómo aprendemos las personas en el trabajo y en la vida.


Hay otra forma de votar que es escribiendo un post en un blog personal. Esta es la opción que voy a utilizar este año. 

1. La búsqueda de Google. Me permite dirigir mi aprendizaje dejándome llevar por mi curiosidad e interés. Serendipia.

2. Scoop.it. Colecciono, clasifico y comparto todo aquello que me interesa y encuentro en la red.

3. Twitter. Para escuchar, para hablar, para aprender.

4. Feedly. Me proporciona una manera sencilla de acceder a las novedades en los blogs de mis autores favoritos.

5. Blogger. Donde “reflexiono” sobre aprendizaje.

6. YouTube. Me gusta “ver” cómo se hacen las cosas. Soy “maker”.

7. Diigo. Para investigar sobre un tema concreto y recopilar fuentes interesantes.

8. Skype. Me permite conectar con otros.

9. Evernote. Porque escribir notas permite “organizar mi cabeza”.

10. Popplet. Me gusta hacer mapas mentales cuando definitivamente el orden se complica.


¡Muchas gracias a Jane por su encuesta!


Enlaces recomendados:

Resultados de la encuesta 2014-> “Top 100 Tools for Learning 2014”
Votación 2015 -> “2015 Voting”

Aprender en la red. El criterio


Esa es la competencia más importante que debemos adquirir en la escuela, en el trabajo, en la vida… 

“Tener criterio” es la mayor evidencia de aprendizaje. Significa que has interiorizado conocimientos y experiencias y, al enfrentarte a un contenido, una exposición, una discusión… eres capaz de “separar el grano de la paja”, incluso puedes evaluar y dar tu opinión.


Últimamente he reflexionado mucho sobre “el criterio” y las competencias digitales:

  • Empujamos a jóvenes estudiantes y adultos trabajadores a ser autónomos y dirigir su aprendizaje…
  • Les mostramos infinitas posibilidades de llegar a la información, trucos de búsqueda, herramientas de curación, plataformas de aprendizaje, recursos abiertos…
  • Les hacemos trabajar en red, documentarse, organizar sus fuentes, construir sus entornos personales de aprendizaje… 


Pero ¿nos detenemos lo suficiente en enseñarles a “tener criterio”?

Está claro que si dominas una disciplina, si eres experto, de un vistazo o con una lectura “en diagonal” puedes dar credibilidad a un blog, a un artículo de la Wikipedia o una presentación en Slideshare… Pero cuando estás aprendiendo, cuando buscas información en la red sobre un tema que no es tu especialidad, necesitas ayuda para desarrollar un sexto sentido que te permita, casi intuitivamente, decidir qué es “bueno” y qué no lo es. 



A mí me gusta utilizar para explicar esto un recurso que todo el mundo conoce relacionado con la redacción de una noticia. Se habla de las 6W (What, Who, hoW, When, Where, Why) que todo periodista debe tener en cuenta al realizar su trabajo.

Pues bien, yo te animo a ejercitar tu criterio repasando las 6W de cualquier recurso web que analices. No hace falta que seas un experto, solo pregúntate:

¿Quién? Quién o quiénes respaldan con su nombre esa información.
Investiga un poco sobre la autoría de tu fuente y su autoridad. ¿Es alguien relevante que tiene un currículo relacionado con lo que buscas? ¿Es un trabajo original o es de otro autor?

¿Cuándo? Cuándo se publicó o actualizó por última vez.
En la red todo permanece… Intenta llegar al contenido más vigente.
Dependiendo de la temática puede ser algo decisivo (una investigación científica, por ejemplo). Pero ten en cuenta que el buen contenido en la red puede ser antiguo y bueno. En ese caso algunas pistas de su vigencia son el número de visitas, los comentarios y las actualizaciones recientes….

¿Cómo? La forma también importa…
Normalmente una forma cuidada da credibilidad a una fuente. Aunque hay excepciones, si se tiene en cuenta la ortografía (por descontado), la redacción, el orden, la ilustración adecuada, las referencias y citas… es que hay detrás un esfuerzo de precisión y profesionalidad. 

¿Dónde? El medio donde ha sido publicada la información.
Considera si es un medio fiable el que respalda la información (un periódico, una institución de prestigio, un blog o un canal de YouTube referenciado y seguido por personas relevantes…).

¿Por qué? El propósito de la información.
Analiza los destinatarios y la razón de ser de esa información. No es lo mismo que sea una opinión o una explicación objetiva, puede haber detrás una intención que te será útil identificar y analizar también.

¿Qué? La relevancia y la precisión.
Y ahora, detente en el contenido. Pregúntate si responde a lo que buscas, si tiene relación directa y precisa con lo que necesitas saber.
No te creas todo lo que leas. Contrasta la información con otras fuentes. “Tira del hilo” y déjate llevar por tu curiosidad e interés.



Pero lo más importante es la práctica. Google hace un buen trabajo, pero no siempre lo que aparece primero es lo más relevante para ti. Hay veces que no sabe “contestar correctamente a tus preguntas”. 

Cuanto más practiques y entrenes tu criterio, mejores preguntas harás y Google sabrá responderte mejor.

Mientras tanto, puedes también buscar a personas que ya “han entrenado su criterio” y comparten la información relevante que encuentran sobre un tema. Búscalas en la red (en Scoop.it, en Twitter, en los foros…). 

Escucha lo que dicen y pregunta, es como más se aprende.



Imágenes Pixabay (dominio público)

Marta Torán Lorente para INED21 (30-mayo-2015)